Me gusta la gente piadosa y religiosa y es por educación y por familia que no puedo ni quiero evitarlo.
Pero el mundo de los negocios se lleva mal con la piedad. Por eso cuando aparecen artículos como el que el presidente del COAPI de Mallorca, don José Oliver Roca ha publicado, pienso en lo adecuado que sería para don José dirigir un centro religioso o una ONG en vez de un colegio profesional.
Vea lo que dice: -“Ante todo hay que decir que en los parámetros en los que nos movemos parece del todo injusto hablar de crisis. El sector inmobiliario se está desacelerando, es cierto, pero lo está haciendo de forma ordenada, encaminándose hacia un reajuste entre oferta y demanda.” (1)
Pues bien, de fuentes colegiales se difundió hace unas semanas que, según calculaban los propios APIS, habían cerrado en España, 40.000 oficinas de intermediación. ¿40.000 y no se puede hablar de crisis? Por piedad –esta vez nuestra- no queremos argumentar más lo que tantas hemos veces hemos razonado: que no hay ajuste suave sino crisis brutal.
Y que esto se encamina “hacia un reajuste entre la oferta y demanda” es de nuevo un grave error de concepto: igual que antes, en los periodos de bonanza, no había equilibrio entre la oferta y la demanda (estábamos en un mercado de demanda), igual pasará cuando termine la crisis actual (en la que estaremos en un mercado de oferta). No hay más que ver la pirámide de población para ver este asunto, por otra parte poco comentado.
La referencia china (2) tampoco es exacta, aunque aquí no anda tan desencaminado. Lo que según dicen algunos autores –yo no conozco el chino- es que el signo ideográfico que la caligrafía china reserva para el concepto de problema es el mismo que el que representa al de oportunidad. Problema y oportunidad serían pues las dos caras de una misma moneda. Y sí, el pensamiento positivo debe buscar la oportunidad pero no en vez del problema sino que debe buscarla en el problema.
Patinazo impío es el que da cuando dice: -“habida cuenta de que las entidades financieras seguirán dando crédito a las inmobiliarias y a las persona que lo soliciten…” El despiste no puede ser mayor y creo que don José confunde sus deseos futuros con la realidad actual. Ya le hemos dado, amigo lector, pistas suficientes sobre lo que las entidades crediticias piensan hacer en este año 2008 en numerosas postales anteriores -vea por ejemplo una reciente titulada: el Informe sobre la encuesta trimestral a entidades bancarias del Banco de España- y desde luego en nada se parece a lo que afirma don José..
Sigue deslizándose don José porque se siente reconfortado espiritualmente dado que “Por fortuna y a diferencia de lo sucedido con la banca en EE.UU. o Reino unido, España no ha realizado inversiones directas con productos subprime, por lo que ahora se mantiene al margen de las consecuencias de esta crisis.” ¿Y cómo lo sabe? ¿Cómo sabe que no se hicieron inversiones indirectas? ¿Conoce los balances auditados de todas las entidades bancarias de España? ¿A qué cree que es debido a que los préstamos interbancarios hayan dejado de hacerse desde la primera semana de agosto de 2007? ¿A qué cree que son debidas las provisiones millonarias que algunos bancos y cajas están haciendo ahora?
Y que España está “al margen de las consecuencias de esta crisis” ¿Es que no ve lo que está pasando con la restricción del crédito? ¿A qué puede ser debido sino a la incidencia de las subprime también en España?
El aspecto consolador de su artículo continúa cuando reza por que “en España se mantengan en lo posible los actuales niveles de actividad y, sobre todo, huyendo de alarmismos, confíen en la respuesta del mercado.” ¡Otro deseo errado y bienintencionado! Errado, porque al abogar por el mantenimiento de la actividad se postula el mantenimiento de otra de las causas principales de la crisis actual : el elevadísimo nivel de construcción de viviendas en España. ¡Todo lo contrario: la actividad en Vivienda tiene que descender para no incrementar –por ejemplo- el enorme stock de viviendas sin vender! Confiar en la respuesta del mercado no es tampoco la solución , no se trata de confiar estáticamente en que la respuesta del mercado se vuelva favorable sino trabajar concienzudamente para que se revitalice. El verbo adecuado no es pues confiar sino operar, intervenir, ejecutar, reaccionar...
Su reflexión final nos sorprende más aún. Dice que “hoy por hoy el Gobierno se mantiene tranquilo y no ve problemas más allá de los meramente coyunturales.” Este tipo de expresiones son más bien propias de portavoces gubernamentales o de algún miembro del propio Gobierno, pero eso, aún siendo chocante al venir de un presidente de colegio profesiona,l no es lo peor, lo peor es su ceguera: confundir lo coyuntural con las consecuencias de una crisis profunda nos lleva al dilema tantas veces presentado por mí en estas postales: o no ven o no quieren ver.
Pía y blanda tribuna la escrita, que viniendo de un compañero de profesión me ha dejado preocupado.
Notas:
(1) Véase en la página 36 del Diario de Mallorca del día 06/02/2008.
(2) “…y es que como dicen los chinos, las crisis no existen; son momentos propicios para nuevas oportunidades.”
(3) La imagen utilizada es de www.clipart.com, servicio de imágenes al que está suscrito mi sitio web www.inmobiliari.net
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