Ya hemos hablado de ello en nuestra postal titulada “Oxígeno para el suelo” por lo que ahora sólo lo haremos brevemente.
Al comprar suelos no urbanos en fechas anteriores a los de la vigencia de la Ley , hacía que su valor de compra fuese el valor que se anotase en los libros contables pues no podía ser de otro modo. Y a la hora de estimar su valor se tenía en cuenta que su muy superior valor, al valor como suelo rústico, se debía a las posibilidades de edificación que poseían. Por eso y para eso se compraban.
(1) La imagen utilizada es de http://www.clipart.com/, servicio de imágenes al que está suscrito mi sitio web http://www.inmobiliari.net/
Pero el cambio radical de la Ley hizo lo que ya hemos explicado, que el valor de los suelos urbanizables con expectativas de construir en ellos, tuviesen que valorarse como rurales, con independencia de las cantidades muy superiores que se hubiesen pagado por ellos.
Y ahora vienen los balances de fin de año y las auditorías de primavera y ¿qué pasa? Pues pasa que el valor contable será depreciado brutalmente si es que la empresa quiere reflejar el verdadero valor (para otros) de sus activos. ¿Otros?, ¿qué otros? Pues por ejemplo las entidades bancarias que les financiaron la compra de aquellos suelos u otras a las que pueda acudirse para obtener más financiación o renegociar la deuda que pudieran tener ahora las empresas.
No se le habrá escapado al lector atento que las entidades de crédito que financiaron esas compras se encuentran no solo con el problema de las garantías que las empresas ofrecieron en la compra… lo que probablemente las obligue a considerar también en ellas, las disminución del valor de los activos de sus clientes compradores de suelo, el incremento por tanto de su endeudamiento y el incremento de la probabilidad de no devolución de su préstamo, sino que también les llevará a tener que provisionar estas operaciones, es decir, a destinar más fondos para hacer frente a posibles impagos, lo que conducirá finalmente a esas entidades, a pérdidas de liquidez.(Tendrán menos dinero para prestar a otras empresas o particulares.)
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