
“Dirán los intocables del ladrillo que, con la crisis, no venden ni una escoba, pero ¿dónde está el dinero que sacaron cuando, hasta ayer, se hincharon obscenamente a venderlas?
No es una pregunta que aparezca por primera vez, pues desde el comienzo de la crisis ha sido formulada más veces por otros periodistas, pero como no ha sido contestada –al menos yo no la he visto- conviene darle respuesta.
La pregunta puede formularse así: ¿Dónde está el dinero que las grandes inmobiliarias obtuvieron en la época de “vacas gordas” anterior? Si antes ganaron tanto y ahora tienen dificultades de liquidez o de capital ¿dónde lo colocaron, adónde han ido todos aquellos dineros?
Son tres los posibles destinos de esos dineros desaparecidos:
a) Una parte de ellos fueron despilfarrados en cosas propias de pródigos millonarios: coches, yates, aviones de película, compañías exquisitas, comidas de 19 platos, viajes exóticos, joyas, regalos a amistades delicadas, etc., es decir, una parte de lo que ganaron ha desaparecido, total o parcialmente, en cosas en nada relacionadas con el negocio inmobiliario que los había generado y por ello, de difícil o imposible retorno al mismo.
b) Otra parte la gastaron en mejorar el negocio, lo invirtieron en nuevos equipos materiales y humanos que reforzaron sus empresas, lo destinaron a formación de sus empleados y directivos, a la promoción de sus negocios y a financiar los gastos de funcionamiento de sus constructoras y oficinas. Parte del mismo se gastó en salarios, impuestos y dividendos y otra parte en inversiones sensatas, dentro y fuera del sector inmobiliario. De todo esto, algunas porciones siguen disponibles para el negocio que los generó.
c) Pero una gran parte, sencillamente desapareció. Fueron las inversiones insensatas las cuáles son las que están ahogando ahora a los que después de ganar mucho, mucho erraron en la inversión de sus caudales. Estas fueron, fundamentalmente, Inversiones en suelo rústico -pagado a precios de oro- pendientes de desarrollo urbanístico y cuyo valor ha bajado brutalmente. Este “bajón inaudito” del valor de los terrenos comprados, ha hecho desaparecer enormes cantidades de dinero; simplemente –terriblemente para sus poseedores- se ha esfumado el valor y ya no se encuentra disponible.
Notas:
(1) Véase la noticia completa en la página 18 de LA PROVINCIA del día 17/07/2008. (2) La imagen utilizada es de http://www.clipart.com/, servicio de imágenes al que está suscrito mi sitio web http://www.inmobiliari.net/
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