viernes, 12 de diciembre de 2008

En un artículo de CINCO DÍAS (1) he visto recogida la frase siguiente:

Y, en fin, como decía el inversor Benjamín Graham, de las crisis "aprenderemos muchísimo a corto plazo, y absolutamente nada, a largo plazo."

Nada conocía de esta persona, pero la sensatez de su expresión me animó a conocer más de él y así me puse a buscar en la Red, datos sobre este inversor. Véanse por ejemplo:

http://www.economia.com.mx/benjamin_graham.htm
http://www.rankia.com/blog/la-sonrisa-de-buffett/2008/03/el-inversor-inteligente-de-benjamin.html
http://www.ebanking.cl/resenas/el-inversor-inteligente-de-benjamin-graham-0060

En ésas, y en muchas otras páginas, podrán encontrase datos sobre el mismo. Pero con independencia de que volveremos sobre él una vez que haya yo estudiado aquéllos datos, ahora, lo que nos importa es la frase suya señalada en la cita inicial de esta postal.

¿Volvemos a repetir los errores una vez que hemos olvidado los efectos perniciosos que padecimos al cometerlos por primera vez? ¿Sólo al principio –mientras nos escuece- reaccionamos de acuerdo con el conocimiento que se deriva de nuestros errores? Pasado un tiempo… ¿nos volvemos sordos y ciegos frente a las solicitaciones del Mercado que, antes, por las mismas causas, nos ha llevado al fracaso actual?

Pues parece que sí, parece que muchos olvidamos, a medio y largo plazo, las lecciones del pasado, para, salvo en el primer periodo posterior al hecho que nos ha producido el dolor intenso (el problema que no hemos podido resolver, el fracaso que hemos padecido, la empresa en la que hemos fracasado, etc.) no recordar activamente lo ocurrido, sus consecuencias y el conocimiento derivado de toda la crisis.

¿Hemos caído en esta crisis inmobiliaria actual porque olvidamos lo sucedido en las crisis anteriores? La experiencia acumulada en las anteriores, ¿nos ha servido para no caer en ésta o para manejarnos mejor en élla?

Pues parece que no, que muchos no recordamos lo pasado y hemos vuelto a tropezar.

Es probable que haya una causa biológica para ello y que estemos hechos para olvidar a medio y largo plazo, el dolor que padecemos en un momento dado, pero ante eso debemos señalar que la biología inclina la conducta del hombre pero no la obliga, como ocurre en los animales, y así, el instinto humano puede ser vencido por la racionalidad.

Por ello, hacen falta medidas inteligentes para evaluar nuestros negocios constantemente, para tener en cuenta las variaciones del mercado, para escucharlo e interpretarlo, para mantener la memoria de lo sucedido y actuar consecuentemente, para obtener conocimiento y usarlo adecuadamente,… en suma, para tejer y destejer incesantemente, como Penélope, hija de Icario, rey de Esparta, esperando en Ítaca la vuelta de la guerra de Troya de su marido Ulises, “el telar de conocimiento” de nuestra empresa.

Notas:
(1) En la página 2 del día 11/12/2008, en un artículo titulado: La segunda burbuja de Henry Blodget, firmado por Nuño Rodrigo (nrodrigo@cincodias.es)

(2) Su texto, titulado El inversor inteligente, puede encontrase en las librerías. Véase por ejemplo en: http://www.casadellibro.com/librerias/benjamin-graham-inversor

(3) La imagen utilizada es de http://www.clipart.com/, servicio de imágenes al que está suscrito mi sitio web http://www.inmobiliari.net/

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