miércoles, 7 de enero de 2009

MARIPOSAS CON ALAS DE ESTRONCIO

En un mundo globalizado los problemas distantes no existen pues su lejanía tiene el grosor de una hoja de papel de periódico o la duración del instante en el que comunican la noticia en la tele, radio o Internet.

Cuando yo me quejaba de que las esperanzas puestas por muchos en el próximo Presidente USA, el sr. Obama, para resolver los problemas económicos que actualmente nos asolan globalmente y señalaba una masacre “in crescendo” que había surgido aquellos días en Palestina y que continúa manando sangre a raudales, señalaba que cosas como estas últimas también forman parte del problema.

La postal no iba pues, dirigida contra el sr. ObamaMcCain, se hubiese enfrentado con la misma situación, caso de haber ganado- ni siquiera contra el Sistema USA que lleva más de medio siglo apostando por los victimadores y no por las víctimas, y no porque yo esté de acuerdo con ello sino porque un blog inmobiliario no es el medio natural para expresar mi evidente desacuerdo con esa política.

La idea –que creo sin embargo haber explicitado con claridad en la primera postal- era que cualquier problema de una cierta dimensión que ocurra en una parte del planeta –como la agresión israelí, la estafa piramidal del Sr. Madoff, el posible corte de gas ruso a Occidente, etc. - repercute en todo el mundo porque el “sistema” económico es ya el planeta entero.

Y no es ya el tiempo de considerar que el delicado aleteo de un mariposa en la húmeda selva brasileña pueda afectar las cotizaciones de la bolsa de futuros de Bankok en los días siguientes, pues esa frase, con la que se suele ilustrar alguna de las consecuencias de la Teoría actual del Caos, es demasiado bella cuando se contemplan las filas de refugiados asesinados en escuelas de la ONU. Hoy, mientras continúen las muertes de civiles en Gaza, las hambrunas en Somalia, el genocidio de algunas etnias en algunas partes del África, etc., la influencia del Caos se representa mejor por algún dedo que en algún lugar del desierto israelí, iraní, afgano u otro, pueda estar “acariciando” un botón que desate finalmente a los demonios llamados Estroncio, Cesio o Plutonio y vuelvan estos a caminar libres sobre la Tierra: una forma algo salvaje de terminar con nuestros problemas inmobiliarios, sin duda.

Por eso me quejaba yo en la anterior postal de que los asesinos y ladrones de todas clases sigan apostando, una y otra vez, al rojo (de sangre) en una ruleta mortal en la que el negro también existe. Alguna vez las cosas no saldrán como prevén los que las inician –y se benefician- de estas cosas y entonces, hasta nosotros, lejanos y ausentes de eso que “no es nuestro problema”, sentiremos el pesado aleteo de las mariposas con alas de estroncio.

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Y ya creo que vale de causas externas. Conviene cambiar a las internas y más estrictamente inmobiliarias y, sobre todos a las soluciones posibles, y, si no fuese el caso, al menos a los remedios que alivien aquéllas.

¡Que este nuevo año nos vaya mejor a todos!

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