miércoles, 23 de enero de 2008

¿Informar o tranquilizar?

Con el mismo título de esta postal, LA VANGUARDIA DE BARCELONA publica el día 13/01/2008 (1) las declaraciones de D. Alfredo Pastor del Instituto de Economía IESE (2). Su interés es grande y deberían leerse con atención. Nosotros nos referiremos a uno de los temas que plantea –aunque no con estas palabras- como es la relación entre la opinión publicada y la opinión pública.,

No es el primero que anota la responsabilidad de las opiniones públicas y las repercusiones que las mismas tienen en el mercado inmobiliario. Pero siempre ha sido así, el caso es que la gente le da valor a la palabra escrita –más aún si son publicadas en el diario “de su cuerda” ideológica y a lo que oye en televisión o le dicen otros, sobre todo si lo escuchado refuerza sus creencias anteriores sobre el asunto que sea. Y eso modifica algunas de sus conductas como es la de la compra.

Aquello que perciba como cierto para él orientará su conducta hacia la compra o el alquiler, al de comprar ahora o esperar, a la de comprar vivienda libre o protegida, la de comprar a través de agencia o directamente, la de invertir en inmuebles o en otra clase de bienes, etc. Y tomará su decisión en función de aquella percepción. De ahí la responsabilidad de las fuentes de opinión y el mensaje del Sr. Pastor acerca de que “en estos momentos la veracidad de la información es, ahora más que nunca, una variable decisiva.”.

En este sentido las declaraciones de los miembros del Gobierno pesan más y suelen tener más trascendencia, pero si las explicaciones que se dan resultan a la postre insostenibles, “a corto plazo, el efecto de esa táctica informativa es exactamente contrario al que se pretende. (Y) a largo plazo, disipa un capital de confianza que cuesta recomponer.”

Termina el interesante artículo haciendo referencia a las crisis anteriores y a cómo “ya hemos atravesado con éxito situaciones anteriores”. Me atrevo a pensar que lo que nos espera no va a ser peor que el bienio 1993-1994, y en 1995 crecíamos ya a más del 4%. Fueron dos años malos, pero no fueron el fin del mundo, y hay algunas razones para pensar que nuestra situación de hoy es mejor que la de entonces.”

Exactamente así es. Ésta también pasará. Pero no la agravemos mientras tanto con mensajes que produzcan incredulidad o miedo.


Notas:
(1) Véase la página 5 del suplemento de Economía, de ese día.
(2) Véase en
http://www.iese.edu/en/home.asp
(3) La imagen utilizada es de www.clipart.com, servicio de imágenes al que está suscrito mi sitio web www.inmobiliari.net

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